Hace poco descubrí la paz y fuerza que me aportaba visitar a mi familia y amigos durante las vacaciones. Al principio pensé que era en su mayoría por el merecido descanso y por la alegría de estar con los seres queridos, pero ayer viendo un programa de televisión até cabos y llegué a la conclusión de que, en gran medida, era debido al contacto físico y por consiguiente emocional con todos ellos.
Dicen que el abrazo es terapéutico, y que quienes los dan en abundancia viven más. Estudios realizados con una mama chimpancé demostraron que al mantener a la madre alejada de los pequeños se creaba un estado de ansiedad que dificultaba la digestión y la conciliación del sueño de estos. Sin embargo, cuando se les mantenía juntos y la madre los acurrucaba y los arrullaba, la situación se estabilizaba.
También dicen que un buen abrazo ha de durar 6 segundos y que es uno de los mejores medios para comunicar lo que se siente cuando no podemos expresarnos con palabras.
Pensando en todo esto llego a la conclusión de que cada abrazo es diferente, dependiendo del vínculo emocional que tengamos con la persona a la que abrazamos ( y que a su vez nos abraza) pero el efecto es casi siempre el mismo... En definitiva, un abrazo transfiere energía, estimula y reconforta.
Seguro que ahora muchos de vosotros estáis pensando en alguien a quien os gustaría abrazar. Si tenéis la opción, hacedlo; estaréis prolongando vuestra vida!